Fármacos

La epilepsia puede producir a las personas que la padecen limitaciones personales, escolares, académicas, laborales, familiares y sociales que van a condicionar negativamente su calidad de vida.

El diagnóstico de epilepsia debe ser correcto e indudable. Cuanto más se demora el comienzo del tratamiento antiepiléptico, más tiempo se pierde y más difícil puede resultar el control de las crisis.

En la mitad de los pacientes las crisis se controlan con el primer fármaco y en otro 20% con el segundo (siempre en monoterapia), de ahí la importancia de elegir desde el principio el fármaco antiepiléptico más eficaz y mejor tolerado.

 

FACTORES A TENER EN CUENTA PARA LA SELECCIÓN DEL FÁRMACO IDÓNEO

Tipo de Epilepsia: es importante identificar el tipo de epilepsia en cada paciente para concretar el tratamiento farmacológico más adecuado. 

Tipo de crisis epilépticas: deben diferenciarse clínicamente o con ayuda del EEG o de vídeo-EEG. En función del tipo de crisis.

Frecuencia de crisis: cuando es muy elevada puede ser recomendable la selección de un fármaco que se pueda introducir rápidamente, en casos concretos incluso por vía parenteral.

Tipo de alteraciones del EEg. 

- Tipo de fármaco: el que vayamos a emplear debe tener las mejores características farmacocinéticas y farmacodinámicas posibles.

Toma de fármacos: la dosis del fármaco a emplear se calcula, en principio, de acuerdo con la edad y con el peso del paciente. El número diario de tomas será determinado en función del tiempo de eliminación del fármaco.

Cumplimiento del tratamiento: deben seleccionarse los fármacos que permitan 1 o 2 tomas diarias, especialmente en adolescentes o en personas con mayor riesgo de errores u olvidos en la toma regular de la medicación.

Genéricos

El gasto farmacéutico se incrementa anualmente en España entre un 5% y un 12%, lo que hace necesaria la implantación de medidas encaminadas a disminuir el gasto sanitario.

El principal atributo de los genéricos es su bajo coste, lo que representa un ahorro para los proveedores de la salud. Pero los EFG (Especialidad Farmacéutica Genérica) tienen también desventajas: la velocidad y el grado de absorción pueden diferir cuando las características fisico-químicas (tamaño de las partículas, excipientes, etc) son diferentes de las del producto de marca, determinando diferencias en las concentraciones plasmáticas, que pueden ser responsables de efectos negativos en la eficacia o en la tolerancia del tratamiento.

El estrecho índice terapéutico, la baja solubilidad y la farmacocinética no lineal de algunos antiepilépticos, hacen que el intervalo de biodisponibilidad legalmente permitido se considere demasiado amplio para los fármacos antiepilépticos.

La Administración permite una diferencia de biodisponibilidad de ± 20 % entre una EFG y un producto original, hecho que desconocen todos los usuarios y la mayor parte de los profesionales de la medicina.

Para más información puede leer los siguientes informes: 

Informe Genéricos de la Sociedad Andaluza de Epilepsia

Informe Genéricos de la Sociedad Española de Neurología

Clásicos en Pediatría

Carbamacepina (Tegretol®). 
Es un FAE (Fármaco AntiEpiléptico) eficaz en las crisis parciales y, algunas veces, en las crisis tónico-clónicas generalizadas. Se dosifica en dos tomas diarias, teniendo un rango terapéutico de 4-8 mg/L.

Clonacepam (Rivotril®), Clobazam (Noiafren®).
Son dos FAEs de amplio espectro terapéutico y, por lo tanto, potencialmente eficaces en todo tipo de crisis, tanto focales como generalizadas.

Etosuximida (Etosuximida®)
Prácticamente hoy en día se utiliza únicamente para el tratamiento de las ausencias epilépticas.

Fenitoína (Epanutin®, Neosidantoina®, Sinergina®)
Uno de los FAEs clásicos más utilizados, eficaz en las crisis parciales y las crisis tónico-clónicas generalizadas. Se administra en 1 ó 2 tomas diarias y no provoca efectos psiquiátricos. Su rango terapéutico es de 10 a 20 mg/L. Tiene el inconveniente de que su cinética no es lineal, sino dosis-dependiente creciente, de modo que cuando se satura la enzima metabolizadora hepática se produce una elevación desproporcionada del nivel plasmático, con riesgo de toxicidad.

Primidona (Mysoline®)
Es un fármaco muy poco utilizado en la infancia, eficaz en pacientes con crisis focales, en crisis tónico-clónicas generalizadas y, ocasionalmente, en crisis mioclónicas.

Fenobarbital (Lumina®l, Luminaletas®)
El primer fármaco comercializado para el tratamiento de la epilepsia. Es muy eficaz en pacientes con crisis focales y tónico-clónicas generalizadas. Tiene una cinética lineal y una vida media prolongada, por lo que se puede administrar en una sola toma diaria. Su rango terapéutico oscila entre 20 y 30 mg/L.

Valproato (Depakine®, Milzone®)
Posiblemente el FAE más utilizado en nuestro medio. Tiene un amplio espectro terapéutico y es eficaz en todos los tipos de crisis. Su rango terapéutico se encuentra entre los 50 y los 100 mg/L.

Nuevos Fármacos

Gabapentina (Neurontin®)
Ha sido un fármaco muy utilizado en el tratamiento de las crisis parciales, pero actualmente se destina para tratar otras patologías, especialmente el dolor neuropático, la migraña, el trastorno bipolar, los temblores y otras.

Rufinamida (Inovelon®)
Último fármaco en aparecer este mismo año en el mercado. Sale con la indicación específica del Síndrome de Lennox-Gastaut.

Lamotrigina (Lamicta®l, Labileno®)
Es un excelente fármaco de amplio espectro terapéutico. Eficaz en pacientes con crisis parciales o con crisis generalizadas, tanto en las convulsivas como en las no convulsivas (ausencias).

Levetiracetan (Keppra®) 
Es el fármaco que por su cinética, más se parece al imaginario antiepiléptico ideal. No se le conocen interacciones y tiene un amplio espectro terapéutico, por lo que es eficaz tanto en crisis parciales como en las crisis generalizadas.

Oxcarbacepina (Trileptal®)
De cinética lineal y con interacciones farmacocinéticas poco relevantes, es un fármaco muy utilizado en pacientes pediátricos afectados de crisis parciales. Al igual que ocurre con el levetiracetan, se ha presentado una formulación en suspensión muy útil para su administración en la infancia.

Pregabalina (Lyrica®) 
Tiene una cinética muy favorable, próxima a la del antiepiléptico ideal, ya que no tiene interacciones y puede administrarse en dos dosis diarias. Se ha mostrado eficaz en el tratamiento de las crisis focales, teniendo igualmente indicación en el tratamiento del dolor neuropático.

Tiagabina (Gabitril®)
Es un medicamento considerado eficaz en pacientes afectos de crisis parciales. No tiene reacciones idiosincrásicas y sus interacciones farmacocinéticas son poco relevantes. Actualmente no se utiliza.

Topiramato (Topamax®)
Es uno de los nuevos FAEs que tienen la ventaja de mostrar un amplio espectro terapéutico, ya que se considera eficaz en todos los tipos de crisis epilépticas y en algunos síndromes específicos de la infancia, como en los niños con síndrome de West y en las epilepsias mioclónicas severas (síndrome de Dravet).

Vigabatrina (Sabrilex®)
Muy buen fármaco, aunque prácticamente ha quedado limitado al tratamiento de pacientes con crisis parciales y en niños con espasmos del síndrome de West, con un rango terapéutico definido de 5-10 mg/L.

Zonisamida (Zonegran®)
Fármaco útil en el tratamiento de las crisis parciales de la infancia, especialmente en aquellas que aparecen en las encefalopatías epilépticas y en los grandes síndromes epilépticos.

Efectos Adversos

Llamamos efectos secundarios o adversos de un medicamento a todos los efectos no deseados o buscados cuando se administra un fármaco. 

Algunos de estos efectos pueden ser "positivos" porque mejoran los síntomas de otras enfermedades que tuviera el paciente (por ejemplo el topiramato puede mejorar las migrañas), otros, por el contrario, son "negativos" porque son desagradables o molestos e incluso pueden poner en riesgo la salud del paciente. Por eso cuando usted note algo que pueda relacionar con el medicamento que se le ha prescrito, póngase en contacto con su médico de cabecera o mejor con su neurólogo. Si las molestias son importantes acuda al servicio de urgencias de su hospital de referencia; nunca suprima usted mismo el medicamento de una forma brusca sin consultar antes con el médico.

Los fármacos antiepilépticos no están, pues, libres de presentar efectos adversos. Es importante tener un conocimiento de los mismos por parte de los pacientes, familiares o cuidadores, ya que de este modo la actuación sobre los mismos será rápida y los pacientes podrán seguir el tratamiento indicado con las dosis correctas para el mejor control de las crisis.

Los efectos secundarios suelen aparecer al introducir por primera vez un medicamento o bien al aumentar la dosis del mismo. Son, por lo general, poco importantes y suelen desaparecer al reducir la dosis del fármaco o haciendo una escalada muy lenta de la dosis. Cuando parecen de forma aguda es fácil deducir que es debido a la instauración del fármaco o al incremento rápido del mismo, pero en ocasiones pueden aparecer de forma paulatina y puede ocurrir que el paciente no los relacione con la medicación.

La mayoría de los efectos secundarios afectan al sistema nervioso y suelen manifestarse con: somnolencia, astenia, inestabilidad en la marcha, visión doble (diplopia), etc. Pero también pueden afectar a otros órganos o sistemas como el digestivo (presentando el paciente molestias gástricas, nauseas o vómitos), el sistema hemático, etc.

En ocasiones pueden producir  efectos crónicos que suelen plantear consultas urgentes.

Otro tipo de efectos adversos son los idiosincrásicos, que suelen aparecer raramente y de forma, por lo general, rápida al introducir el medicamento, no dependen de la dosis y pueden poner en peligro la vida del paciente. Producen síndromes de hipersensibilidad o alteraciones específicas de la piel, el higado, la médula ósea y de otros órganos. Se acompañan de fiebre, erupción dérmica y adenopatías. En estos casos se debe realizar una exploración clínica y analítica urgente y se debe sustituir el fármaco causante por otro de menor riesgo. En ocasiones es necesario incluso retirar bruscamente el fármaco causante del efecto secundario,  siendo preciso  el ingreso del paciente en una unidad hospitalaria.

Todos los fármacos antiepilépticos pueden, en mayor o menor medida, producir alteraciones en la formación del feto por lo que es conveniente planificar los embarazos y que la mujer, si tiene el deseo de quedar embarazada,  consulte antes con su neurólogo.

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