¿Qué es la epilepsia?

Cuando la mayoría de personas escuchan la palabra epilepsia, en su mente aparece la escena de una persona que cae al suelo inconsciente, tiene sacudidas incontrolables, babea y pierde el control de la vejiga.

A este tipo de crisis se le denomina crisis convulsiva generalizada, pero hay muchos otros tipos de crisis epilépticas, cada uno acompañado de síntomas diferentes. 

La epilepsia es un trastorno cerebral donde sus células llamadas neuronas transmiten la señal de una forma anormal. La epilepsia altera la actividad normal de las neuronas y puede causar sensaciones, emociones y comportamientos extraños, espasmos musculares y pérdida del conocimiento.

La epilepsia no es una enfermedad hereditaria pero existe cierto grado de predisposición familiar.

La falta de información sobre la enfermedad ocasiona que muchos pacientes sufran discriminación en las relaciones sociales, familiares y laborales fomentando el estigma social.

 

 

¿Cómo se manifiesta la epilepsia?

La epilepsia se manifiesta mediante crisis epilépticas que pueden tomar varias formas entre las que se encuentran las convulsiones.

Una persona que está sufriendo una convulsión puede gritar, caerse al suelo inconsciente, sacudirse de forma incontrolable, babear, morderse la lengua e incluso perder el control de la vejiga. Esta es la imagen que muchas personas tienen cuando escuchan la palabra epilepsia.

En otras ocasiones aparecen de forma menos aparatosa, como una falta de respuesta a estímulos durante la que la persona se queda con la mirada fija, ausente, asociándose en ocasiones a movimientos repetitivos como tragar repetidamente o frotarse las manos.

 

 

¿Qué personas pueden padecer epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad neurológica que puede aparecer a cualquier edad, aunque suele ser más frecuente en los dos extremos de la vida.

Puede aparecer sin atender a razones de sexo, edad o raza.

 

 

 

 

¿Cómo se diagnostica la epilepsia?

No hay una prueba única para diagnosticar la epilepsia. Lo más importante  es obtener una descripción detallada de las crisis. Es fundamental ir al neurólogo acompañado de un familiar o testigo que haya presenciado alguna. Una vez hecho el diagnóstico, éste se complementa con pruebas que ayudan a detectar cuál es el origen de las crisis.  

Las pruebas más importantes son:

- La Tomografía Axial Computerizada (o TAC) cerebral. 
- La Resonancia Magnética Cerebral. 
- El Electroencefalograma.
 

Estas pruebas sirven para ver la estructura del cerebro y detectar la presencia de tumores, cicatrices, quistes, malformaciones cerebrales, etc.  Se obtiene el registro de la actividad eléctrica cerebral que indica la posible excitabilidad del cerebro y dónde está localizado el foco. En ocasiones, es necesario el registro de las crisis epilépticas mediante un sistema de circuito cerrado de video. El uso del electroencefalograma sirve para poder diagnosticar con seguridad la epilepsia y para determinar el lugar cerebral donde se originan las crisis.

¿Se controla la epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad tratable. Afortunadamente, el 80% de las personas que la padecen pueden controlar las crisis con la medicación antiepiléptica. Sólo el 20% de los pacientes no se consiguen controlar con los fármacos: son aquellos que sufren las llamadas epilepsias refractatrias o fármaco-resistentes, y que pueden ser candidatos a la cirugía. Otros tratamientos útiles para personas con epilepsia de difícil control son: la dieta cetógena o la implantación de un marcapasos en el nervio vago.  

El tratamiento de la epilepsia debe enfocarse desde una perspectiva integral y bio-psicosocial para mejorar la calidad de vida del paciente.

 

 

 

¿Se puede trabajar con epilepsia?

La capacidad para trabajar depende de la frecuencia de las crisis. En las epilepsias benignas (bien controladas) se puede llevar a cabo cualquier actividad, aunque hay ciertas profesiones que, por Ley, no pueden ser desempeñadas por personas con epilepsia, como conductor profesional, piloto, militar, policía, etc. En las personas con crisis frecuentes, las posibilidades de conseguir o mantener un empleo son escasas. Esto es en general debido, en mayor medida, a la reacción de los demás ante las crisis que al propio impedimento que suponen las mismas.

Un problema que se plantean con frecuencia en las personas con epilepsia es si necesitan declarar su enfermedad al solicitar un empleo. Muchos prefieren ocultarlo y hacerse valer en el trabajo con la esperanza de que su superior, cuando se entere, sopese sus probadas habilidades personales con su enfermedad. De hecho, diversos trabajos de investigación han demostrado que las personas con epilepsia tienen menos accidentes en el trabajo, faltan menos al mismo y son más "leales" a la empresa, comparados con personas sin ésta enfermedad.

¿Se puede adquirir un seguro médico padeciendo epilepsia?

Muchos seguros médicos privados no aceptan cobertura por enfermedades pre-existentes, entre ellas la epilepsia, por lo que estas personas no pueden acceder a la medicina privada.

 

 

 

 

 

 

 

Seguridad en casa

Los accidentes domésticos son, con mucha frecuencia, causa de daños corporales y, en ocasiones muy graves. Las personas con epilepsia están sujetas a la posibilidad de que una crisis les perturbe la conciencia mientras están realizando cualquier tarea cotidiana, por lo que el riesgo de accidentes es relativamente alto. 

Estas personas necesitan tomar una serie de precauciones especiales en casa: ducharse en lugar de bañarse, colocar puertas que se abran hacia afuera (para no bloquear la entrada en caso de crisis), evitar las puertas de cristal, etc.

 

 

 

 

Dónde encontrar información sobre epilepsia

Su neurólogo o neuropediatra son los profesionales que mejor pueden informarle sobre esta patología. También puede encontrar información complementaria de calidad en las Asociaciones, Federaciones y Fundaciones que se dedican a defender los derechos de los afectados y sus familias.

 

 

 

 

 

 

  

Epilepsia en el niño

La mayoría de las crisis epilépticas se inician en la niñez debido a la inmadurez del cerebro y, algunas veces, estas desaparecen cuando el niño crece. En la infancia la epilepsia se presenta con características propias en sus manifestaciones clínicas, en el diagnóstico y tratamiento farmacológico, así como en  sus efectos cognitivos y psicosociales.

¿CUÁNDO SE DEBE INICIAR EL TRATAMIENTO?

No se suele administrar tratamiento a un paciente después de la primera crisis, porque hay una probabilidad del 50% de que no vuelva a repetirse. Sólo debe iniciarse el tratamiento cuando se han presentado 2 ó más crisis, se ha estudiado a fondo y se tiene certeza de que se trata de una epilepsia.

¿QUÉ NO SON CRISIS EPILÉPTICAS?

- Convulsiones febriles

- Apneas

- Síncopes

- Terrores nocturnos 

- Migrañas

- Reflujo gastroesofágico 

- Etcétera. 

EL IMPACTO DEL DIAGNÓSTICO 

Cuando los padres reciben el diagnóstico de epilepsia, tanto en los afectados como en los familiares, la respuesta inicial es de incredulidad y shock. Se abren múltiples interrogantes y esperas.

Uno de los principales problemas es la incertidumbre ante el futuro en relación al pronóstico a largo plazo. El diagnóstico supone una amenaza de la autoimagen del/a niño/a y de la imagen que los demás tienen de él/ella y que viene dada por una serie de cambios relacionados con las aptitudes físicas y mentales y los roles sociales. La actitud de los padres hacia estos cambios dará lugar a una serie de reacciones emocionales que pueden ser de ansiedad, rabia, culpa o depresión. Cambios que irán evolucionando a lo largo del tiempo.

En esta primera fase la actitud es de negación y de búsqueda de un nuevo diagnóstico que contradiga la realidad.

Información del diagnóstico del/a niño/a

Cuando la enfermedad se diagnostica como crónica, el paciente debe conocerla para llegar a aceptarla, paso necesario para afrontar los paulatinos cambios que se producirán a lo largo de la vida de la persona. El entorno familiar y social incidirán de forma esencial para que este proceso de adaptación se lleve a cabo.

Cuando los padres tienen que evaluar la decisión de informar al/a niño/a optan por dos actitudes:

Protectora: es la más tradicional, proteger al afectado de cualquier información para evitarle preocupación y sufrimiento. Con esta actitud sólo conseguiremos impedirle comunicar sus temores,  ocasionándole sentimientos de soledad y aislamiento. Esta actitud puede favorecer que el/la niño/a crea ideas erróneas sobre su enfermedad que le pueden perjudicar emocionalmente.

Comunicación abierta: es la actitud correcta, hablar de la enfermedad y los tratamientos tendiendo en cuenta su edad y utilizando metáforas o historietas que le ayuden a comprender mejor la enfermedad y a desdramatizar. Es muy importante que conozca su enfermedad correctamente y que se hable de ella con naturalidad para evitar el rechazo.

¿CÓMO AYUDAR A LA AUTOESTIMA DEL/A NIÑO/A?

- Conversando sobre el diagnóstico de una manera positiva. 

- Que el/la afectado/a participe en las conversaciones donde se hable de epilepsia.

- Evitando comparaciones. 

- Valorando sus esfuerzos. 

- Animándole a descubrir nuevas experiencias. 

- Estimulándole para que busque información cualificada sobre su enfermedad. 

- Dándole la oportunidad de tomar decisiones consensuadas para la realización de actividades. 

EVITE SITUACIONES PELIGROSAS

El tipo de precauciones dependen de la frecuencia de las crisis epilépticas que presente el/la niño/a, si existe alguna advertencia antes de la crisis epiléptica o si ocurre en el día o la noche. En general, no debe realizar actividades de alto riesgo.

PRECAUCIONES EN EL DOMICILIO 

- Poner barandas en las escaleras. 

- No dejarlo solo en el baño. Utilizar ducha, en vez de bañera. 

- No despertarle si se duerme, pero comprobar que respira sin dificultad. 

- No cerrar las puertas con pestillo. 

- Evitar los muebles con cristales y bordes angulosos. 

- Proteger los radiadores. 

- Etcétera. 

Epilepsia en el adolescente

La epilepsia es el trastorno neurológico más frecuente en el adolescente y se estima que lo padecen aproximadamente un 2%. En estos casos, la epilepsia influye en una etapa trascendental de la vida.

Con frecuencia las manifestaciones no se ven precedidas por ningún síntoma, sino que aparece en cualquier momento. La realización de actividades deportivas, ocio y tiempo libre, laborales, etc.,  no son desencadenantes de crisis pero prohibir al adolescente realizarlas por miedo a tener alguna no hace más que empeorar la situación. El adolescente puede sentir que no tiene control sobre su propia vida y, en muchas ocasiones, la muestra con toda su crudeza entre sus compañeros de estudio,  trabajo y/o amigos y familiares, lo que le condiciona tanto a su ámbito personal como al social y laboral.

El paciente con epilepsia, en muchas ocasiones, ha sido educado como un ser limitado y sobreprotegido, por lo que su adaptación al medio suele ser dificultosa. Esto se agrava durante la pubertad, cuando comienza a abandonar el núcleo familiar y experimenta sus primeros fracasos.  En ocaciones es objeto de restricciones y prohibiciones por parte de los profesores y familiares, ya sea por excesiva preocupación o por ignorancia respecto a esta enfermedad. El período de la adolescencia, ya de por sí complejo y difícil de comprender, se convierte en una situación muy delicada si se padece epilepsia.

La psicología del adolescente viene mediatizada por la aparición más o menos traumática de la necesidad de afirmar una identidad y una independencia. Aquí llegamos a las temidas salidas nocturnas asociadas al: alcohol+luces+falta de sueño, etc. 

Tanto el alcohol como las drogas incrementan altamente el riesgo de tener crisis. También pueden provocar efectos secundarios al ser mezclados con los fármacos.

El sueño es otro factor desencadenante de crisis. Pero tan mal está no dormir, como prohibir a un chaval joven que salga y se divierta. En general una persona necesita dormir de 7-9 horas, pero no es algo extrictamente necesario.

Las discotecas. El mito de las luces centelleantes. De todas las epilepsias, sólo entre un 2% y un 4% tienen fotosensibilidad, por lo tanto sólo este porcentaje de pacientes tiene que tomar una serie de medidas: no ver la televisión a oscuras, evitar las luces centelleantes, trabajar con pantallas de protección en los ordenadores etc.

En ocasiones, sobre todo en adolescentes, hay una rebeldía a esta "regresión forzada" impuesta por la enfermedad y la toma de fármacos, con sentimientos de rabia manifestados con irritabilidad y conductas desafiantes de difícil manejo.

En otras ocasiones se dan actitudes de aislamiento social. Es muy importante que el adolescente con epilepsia conozca su enfermedad y sus limitaciones y las acepte para mejorar su calidad de vida.

Epilepsia en la mujer

Al llegar a la adolescencia aparece un hecho importante en la mujer. En esta etapa de la vida ocurren una serie de cambios hormonales que pueden marcar el fin de algunas epilepsias y el comienzo de otras. La aparición de la etapa fértil en la mujer hace necesario disponer de información sobre la menstruación, anticonceptivos y embarazos.

¿QUÉ SON LAS HORMONAS? 

Las hormonas son sustancias químicas que se forman en los órganos y las glándulas y se mueven a través del cuerpo dentro de la corriente sanguínea. Controlan varios procesos biológicos entre ellos el ciclo menstrual.Las hormonas esteroides incluyen los grupos de hormonas sexuales más importantes: estrógenos, andrógenos y progesterona. Estos tres grupos están presentes tanto en el hombre como en la mujer, pero en cantidades diferentes.

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LAS HORMONAS SEXUALES?

Las hormonas sexuales tienen diferentes funciones. Básicamente, controlan y mantienen nuestro aparato reproductor. Generalmente, las hormonas no causan crisis epilépticas pero pueden influir cuando estas ocurren. Algunas mujeres con epilepsia experimentan cambios en las características de sus crisis durante los cambios hormonales.

EPILEPSIA CATAMENIAL 

Hablamos de epilepsia catamenial cuando la frecuencia de las crisis cambia según el momento del ciclo menstrual. Las crisis suelen aparecer en los dos días previos a la menstruación y durante la misma debido a la caída de los niveles de progesterona (tiene efecto anticonvulsivo) y los estrógenos favorecen la aparición de crisis. 

Puede que justo antes del periodo los niveles de antiepilépticos sean menores y esto favorezca la aparición de crisis. No se sabe por qué bajan los niveles farmacológicos. Es importante anotar las crisis y la fecha de ovulación y menstruación para comprobar que es cierto el aumento o disminución de crisis. Si fuese necesario el neurólogo puede prescribir algún antiepiléptico para tomar los días de la menstruación o de la ovulación. La epilepsia catamenial no es exclusiva en la adolescencia. Se mantiene mientras haya fase reproductiva en la mujer.

ANTICONCEPTIVOS

Los anticonceptivos orales no es un problema utilizarlos, pero es importante comunicárselo al neurólogo porque hay tratamientos antipilépticos que aumentan o disminuyen la eficacia de los anticonceptivos. También es importante saber que es necesario tomar mayores dosis de antiepiléptico (bajo supervisión médica) si se toman anticonceptivos.Los anticonceptivos de barrera (diafragma, preservativo) no influyen en la epilepsia.

¿SE PUEDEN TENER HIJOS?

Con frecuencia las mujeres con epilepsia expresan preocupación por el control de la natalidad, la posibilidad de que la medicación o las crisis puedan provocar malformaciones en el feto durante el embarazo y la posibilidad de que sus hijos hereden la epilepsia o el hecho de si podrán cuidar correctamente de ellos tras el nacimiento.

Se pueden tener hijos pero es muy importante y necesario buscar información médica para aclarar dudas que ayuden a tomar la decisión adecuada.

EMBARAZO Y EPILEPSIA

Entre el 25% y el 40% de mujeres con epilepsia experimentan durante el embarazo un aumento o disminución en la frecuencia de las crisis.

El embarazo debe planificarse conjuntamente con el neurólogo meses antes para intentar reducir la dosis de fármacos antiepilépticos, o incluso retirarla, cambiar de fármacos y adaptar el tratamiento a un esquema lo más seguro posible, ya que la mayoría de malformaciones o efectos adversos sobre el feto ocurren antes de las seis primeras semanas de gestación.Cuando una mujer se queda embarazada de forma inesperada, debe acudir de inmediato a su neurólogo.

¿LA EPILEPSIA SE HEREDA?

Hay una discreta predisposición a heredar la epilepsia en ciertos síndromes, sobre todo las epilepsias generalizadas idiopáticas (epilepsia de ausencias infantiles, epilepsia mioclónica juvenil, etc.).

Las posibilidades de que un hijo tenga epilepsia (de alguno de estos tipos) es de un 4% a un 6%, aproximadamente.  Afortunadamente, son epilepsias benignas y fáciles de controlar.

Hay síndromes muy específicos que tienen un pronóstico de difícil control pero es muy raro que se hereden. Es muy importante saber el síndrome epiléptico que padece cada paciente para poder dar respuesta a muchas preguntas, entre ellas si se trasmiten a los hijos.

CONSEJOS DURANTE EL EMBARAZO 

Se recomienda que los controles con el neurólogo sean, al menos, trimestrales para poder controlar los niveles plasmáticos de los fármacos (que suelen variar a lo largo del embarazo, principalmente en el tercer trimestre), las crisis y la posible aparición de efectos secundarios.

No existe actualmente un fármaco antiepiléptico que haya demostrado ser más seguro que otro durante el embarazo. El fármaco ideal es aquel que mejor controla las crisis del paciente sin efectos secundarios.

LACTANCIA

No está contraindicado dar el pecho mientras se toman fármacos antiepilépticos, aunque cierta cantidad de medicación pasa al niño no le afecta.

Se deberá consultar con el neurólogo para que aconseje sobre los fármacos que se deben tomar durante la lactancia.

Otro factor que debemos tener en cuenta es si se tienen crisis y si guardan relación con la alteración del sueño. En este caso debemos valorar riesgos y beneficios de la lactancia por la noche.

Epilepsia en el anciano

Afecta a personas de todas las edades, pero son las personas mayores y los niños los que con más frecuencia padecen epilepsia.

En España, aproximadamente 50.000 personas mayores la sufren (15 de cada 1.000 de más de 75 años), derivada principalmente de enfermedades cerebrovasculares y demencia.

La epilepsia sigue siendo una enfermedad desconocida para la mayoría de la población y, precisamente por ello, genera una estigmatización social de los enfermos. Esta situación es peor cuando el afectado es un anciano, ya que los problemas derivados de la enfermedad se añaden a otros como falta de recursos económicos, pérdida de independencia y mayor número de ingresos en residencias y otras instituciones.

Las implicaciones que el envejecimiento poblacional tiene en el campo de la salud son evidentes, pues conllevan un incremento de enfermedades neurológicas causantes de epilepsia, como las patologías cerebrovasculares y las demencias. A pesar de los avances en el diagnóstico, todavía se desconoce la causa de la epilepsia en un grupo importante de estos pacientes. Además, la epilepsia en el anciano presenta una serie de peculiaridades:

- Una mayor dificultad para llegar a un diagnóstico. 

- Una mayor hipersensibilidad a los efectos adversos de los fármacos. 

- La necesidad de administrar dosis menores y más espaciadas. 

Es importante el papel que pueden desempeñar los nuevos fármacos antiepilépticos en este grupo de enfermos.

 

PATOLOGÍAS DESENCADENANTES DE EPILEPSIA

Problema vascular cerebral: La embolia, es decir, un arteria cerebral que se tapona y no deja pasar la sangre es una de las causas más comunes de epilepsia en las personas de la tercera edad. De hecho, los problemas cerebrovasculares son los responsables de aproximadamente la tercera parte de las epilepsias en esta edad.

Tumores cerebrales: Después de los problemas vasculares, los tumores cerebrales son la causa más frecuente de epilepsia en los pacientes de edad avanzada (son responsables de hasta el 12% de las epilepsias).

Problemas cardiacos: Pueden desencadenar epilepsia si producen disminución importante del flujo sanguíneo durante un periodo suficiente de tiempo. 

Patologías que pueden producir epilepsia: 

- Alzheimer. 

- Enfermedades degenerativas que dañen el cerebro. 

- Patologías relacionadas con problemas renales, trastornos hepáticos, diabetes, hipertensión arterial, alcoholismo, cirugía del cerebro por cualquier causa (especialmente si existe cicatriz cerebral residual), lesiones cerebrales o traumatismos craneales y epilepsia padecida durante la juventud. 

 

FÁRMACOS

Las personas mayores deben tener una información muy concisa de la medicación que están tomando o deben tomar para la epilepsia porque los fármacos actúan de manera distinta en personas de avanzada edad. De hecho, se distribuyen en el cuerpo de manera diferente y se expulsan más lentamente, lo que puede provocar más efectos secundarios .

En las personas mayores también hay más posibilidades de interacciones entre diferentes fármacos ya que suelen tener varios tratamientos al mismo tiempo.

Los fármacos antiepilépticos pueden interaccionar con:

- Fármacos contra la hipertensión arterial. 

- Anticoagulantes. 

- Analgésicos. 

- Vitaminas. 

- Etc. 

Productos naturales

Es muy importante informar al neurólogo de todos los fármacos que está tomando incluyendo los productos de herbolario. De la misma manera, se debe informar al médico general de los antiepilépticos que le ha prescrito el neurólogo antes de empezar a tomar cualquier otra medicación.

Recomendaciones

Cuando se comience un tratamiento antiepiléptico se deben seguir estas pautas:

- Informar al neurólogo de qué fármacos esta tomando, de todo su historial médico, clínico y alergias que pueda tener.

- Compruebe que ha entendido correctamente cómo debe tomar la medicación y qué debe hacer si se le olvida tomar una dosis.

- Infórmese de los posibles efectos secundarios, si puede tomarlos con otros fármacos que está tomando y si puede tomarlos con todos los alimentos.

Es muy importante que no deje de tomar la medicación, ni cambie de dosis sin consultar con el especialista.

Consejos para una correcta toma de medicación

- Usar pastilleros para distribuir la medicación por semanas o días. 

- Usar un reloj de pulsera para que suene la alarma y recuerde las tomas. 

- Tomar la medicación siempre a la misma hora a la vez que se realice una actividad habitual: desayunar, cenar, etc. 

- Utilizar recordatorios en un lugar visible. 

Visitas médicas 

- Es necesario informar al especialista de las crisis que ha tenido y de la evolución de la crisis. 

- Use un diario médico para anotar los datos más importantes. 

- Lleve apuntadas las preguntas que quiera hacer al médico para subsanar dudas. 

Estimulador del nervio vago

El estimulador del nervio vago es un dispositivo que funciona con pilas y que se implanta quirúrgicamente bajo la piel del pecho (muy parecido a un marcapasos) y se conecta con el nervio vago en la parte baja del cuello.Este dispositivo envía descargas de energía eléctrica al cerebro por la vía del nervio vago que reduce las convulsiones entre el 20% y el 40%. Los pacientes no pueden dejar de tomar los fármacos antiepilepticos, pero tienen menos crisis y suelen reducir las dosis de sus medicamentos.

Los efectos secundarios del estimulador del nervio vago son generalmente leves, pero pueden incluir ronquera, dolor de oído, dolor de garganta o náuseas. Es muy importante ajustar la cantidad de estimulación utilizada para eliminar la mayoría de los efectos secundarios.

Las pilas del estimulador del nervio vago deben ser reemplazadas aproximadamente una vez cada 5 años; esto requiere una cirugía menor que generalmente puede ser realizada de forma ambulatoria.

 

Cirugía de la epilepsia

La cirugía de la epilepsia pretende mejorar la calidad de vida del paciente. Está indicada en pacientes que no responden a los fármacos.

Tiene por objeto eliminar las crisis o al menos disminuir la frecuencia de las mismas que mejore su calidad de vida y permita una mejor adaptación psicosocial y profesional.

Son varias las pruebas a las que debe someterse el enfermo antes de operarse puesto que cada paciente precisa de un estudio diferente. Las más comunes son una resonancia de alta definición, el estudio vídeo-EGG y un estudio neuropsicológico específico.

PROFESIONALES QUE TRABAJAN EN LA UNIDAD DE CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

Los pacientes son valorados conjuntamente por el equipo de la Unidad de Cirugía de Epilepsia constituido generalmente por:

Neuroradiólogo: realiza las pruebas de imagen necesarias, fundamentalmente la Resonancia Magnética.

- Neurofisiólogo: realiza los registros de electroencefalogramas (EEG) para confirmar el diagnóstico. 

- Neurólogo: maneja inicialmente al paciente y prescribe el tratamiento médico.  

- Psicólogo: valora las características de personalidad, inteligencia y memoria tanto antes como después de la cirugía.

- Neurocirujano: a partir de la información aportada por los estudios previos se encarga de realizar las pruebas necesarias para confirmar si su epilepsia es susceptible de tratamiento quirúrgico. En caso de ser así, el neurocirujano será el encargado de realizar la operación.

PRUEBAS COMPLEMENTARIAS PARA EL ESTUDIO 

Para el estudio pre-quirúrgico se utilizan el Vídeo-EEG, la Resonancia Magnética y el Estudio Neuropsicológico. 

También hay diferentes tipos de cirugía, como son las resecciones, las callosotomías, las hemiferectomías y el estimulador del nervio vago. 

Trastornos del Desarrollo

Incapacidad mental 

Se define como un trastorno del aprendizaje en el que están deterioradas las capacidades del cerebro necesarias para la memoria, el pensamiento y el razonamiento. Con mucha frecuencia, se asocia con el retraso en las fases de maduración del cerebro. El interés de esta patología, estriba en que es necesario detectar a los grupos de riesgo, realizar un diagnóstico precoz individual y estudiar sus causas orgánicas o biológicas.

Deficiencia mental 

Es un trastorno definido por la presencia de un desarrollo mental incompleto o detenido, caracterizado principalmente por el deterioro de las funciones concretas de cada época del desarrollo y que contribuyen al nivel global de inteligencia, tales como las funciones cognitivas, las del lenguaje, las motrices y la socialización.

Inteligencia 

Se define como la habilidad para aprender y comprender las experiencias y resolver los problemas de forma eficiente y adecuada.

Desarrollo cognitivo

Entendemos aquel proceso de adquisición y utilización de nuevos conceptos para ir ampliando la información acerca del mundo que nos rodea.

Retraso intelectual 

Se considera que hay un retraso intelectual, cuando la puntuación alcanzada en los test correspondientes de valoración del coeficiente del desarrollo, se encuentran al menos, dos desviaciones estándar por debajo de la media.

Retraso mental 

Conocemos una situación similar a la deficiencia mental, pero que ocurre durante el periodo del desarrollo, de manera que los/as niños/as están más retarsados/as en las adquisiciones que deficientes en sus capacidades. No obstante, el retraso mental debe incluir tanto una inteligencia deficiente, como una incapacidad para aprender, ya que el conjunto de procesos cognitivos comprende la incorporación de nueva inforrmación (aprendizaje), el almacenamiento de la misma (memoria) y finalmente, su aplicación para resover los problemas.

La etiología del retraso mental está íntimamente ligada con la epilepsia y las crisis epilépticas, y se relaciona con factores prenatales, perinatales y postnatales en muchos casos, difíciles de demostrar. No obstante, en el retraso mental grave puede ser identificada su causa hasta en el 40-50% de los casos. Entre las causas de deficiencia mental patológica u orgánica hay que incluir todas las genopatías, bien como anomalías congénitas del metabolismo, como endocrinopatías congénitas, las facomatosis, las miopatías, las malformaciones aisladas del sistema nervioso central, algunas craneoestenosis y el síndrome de Rett. También se incluyen las cromosomopatías, las embriopatías y fetopatías, la mayoría de los trastornos perinatales y neonatales, y todas las causas postnatales precoces, en las que se incluyen todas las encefalopatías epilépticas.

Retraso del desarrollo 

La asociación de epilepsia con un retraso del desarrollo, se presenta en dos grandes bloques que a su vez están íntimamente ligados entre sí:

- La presencia de un/a niño/a con retraso del desarrollo que a lo largo de su vida puede o va a sufrir de una manifestación crítica o va a tener una epilepsia. Entre las que se encuadran en este primer grupo, están todas las encefalopatías sintomáticas, y entre ellas, el Síndrome Hipoxo-Isquémico del recién nacido, los errores innatos del metabolismo, las distintas Malformaciones, todas las Comosomopatías, etc.

- Epilepsias que posteriormente en su evolución pueden generar un retraso en el desarrollo, y dentro de lasepilepsias que van a desarrollar un retraso mental,  las Encefalopatías epilépticas, a todos los Estados de mal, las Epilepsias disfásicas, a las Epilepsias con trastornos de la conducta, etc.

Clasificación y Terminología

La Comisión de Clasificación y Terminología de la ILAE, publica en 1989 en la revista Epilepsia, una propuesta en la que dice que “Epilepsias generalizadas sintomáticas de etiologías específicas que son solo enfermedades en las cuales las crisis epilépticas están presentes o tienen una relevancia clínica, y a veces tienen un cuadro clínico que se asemejan a las epilepsias generalizadas sintomáticas sin etiología específica, apareciendo en edades similares.” Y propone para ello, clasificarlas en dos grandes grupos:

Malformaciones, incluyendo en ellas al Síndrome de Sturger Weber, Síndrome de Aicardi, Lisencefalia/paquigiria  y los Hamartomas hipotalámicos. 

- Los errores innatos del metabolismo demostrados o sospechosos, y coloca en este apartado a la Hiperglucemia no cetósica, Fenilcetonuria, Tay-Sachs, Ceroido-Lipofuscinosis, Enfermedad de Huntington, enfermedad de Lafora y la enfermedad de Unverricht.

Existe otro esquema de clasificación propuesto por Engels, el Esquema diagnóstico de la ILAE TASK FORCE sobre personas con crisis epilépticas y epilepsia, refiere en su apartado 4 que es necesario el “Diagnóstico etiológico de la enfermedad asociada a las crisis o síndromes epilépticos, defectos genéticos, o  del substrato patológico específico de las epilepsias focales sintomáticas".

Enfermedades asociadas a crisis epilépticas

Las enfermedades generales que con más frecuencia se asocian a crisis epilépticas, serían: la Epilepsia Mioclónica Progresiva, los Trastornos Neurocutáneos, las malformaciones del desarrollo cortical, otras malformaciones cerebrales, determinado tipo de Tumores, casi todas las Anomalías cromosómicas, las Enfermedades mendelianas monogénicas con mecanismos patogénicos complejos, los Trastornos metabólicos hereditarios, los casos de Isquemia pre o perinatal o lesiones anóxicas, o infecciones cerebrales que causan encefalopatías no progresivas, las Infecciones postnatales, y otros factores postnatales, como los infartos, el alcohol, las drogas, y los traumatismos craneoencefálicos.

Las crisis y síndromes epilépticos que causan un deterioro mental son las encefalopatías epilépticas, que serían alteraciones cerebrales severas en las que las descargas epilépticas pueden contribuir a una disfunción psicomotora progresiva. Tienen como características comunes su comienzo en edades tempranas de la vida, una actividad paroxística E.E.G. a menudo agresiva, la presencia de crisis polimorfas y refractarias, el desencadenamiento de déficits cognitivos, conductuales y neurológicos, y en ocasiones, la muerte precoz.

Miguel Rufo Campos, Jefe de Servicio de Neurología Infantil, Instituto Hispalense de Pediatría. SEVILLA

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